El software ha sido desarrollado por el ingeniero de Informática de Sistemas de la Universidad de Valladolid Alfonso García.
En el ámbito escolar, se estima que entre el 3 y el 6 por ciento de
los niños tienen dificultades para comprender y realizar cálculos
matemáticos. Este problema, denominado discalculia o Deficiencia en el Aprendizaje de las Matemáticas
(DAM) requiere un abordaje especializado, por lo que es necesario
diagnosticar correctamente a estos estudiantes. Para ello, la comunidad
docente cuenta con una prueba llamada Precumat que, hasta el momento, se
ha llevado a cabo de manera “manual”. Un ingeniero técnico de
Informática de Sistemas de la Universidad de Valladolid, Alfonso García,
ha desarrollado una aplicación informática para realizar este test en
Educación Infantil mediante ordenador.
¿Cómo surge la idea?
Como detalla, el diseño del software se enmarcó en su proyecto fin de
carrera. “Quería hacer un trabajo que tuviera que ver con interfaces de
usuario, aunque no pensé en el ámbito de la educación ni en usuarios
tan pequeños como niños de Infantil”, explica. No obstante, tras
consultar a los profesores de la Facultad, se puso en contacto con la
docente del Departamento de Psicología de la Facultad de Educación y
Trabajo Social Margarita Blanco, quien estaba interesada en trasladar la
prueba Precumat a un programa informático.
“Empezamos a concretar las diferentes actividades y la estructura de
la prueba”, recuerda el ingeniero, quien añade que las principales
dificultades se centraron en el diseño de algunas actividades. “La
prueba incluye dos tipos de actividades. En unas el alumno tiene que
manipular objetos e imágenes que tiene que ir moviendo o seleccionando
con el ratón en la pantalla, y el problema vino en la parte de las
actividades que requerían de una respuesta hablada del alumno”. Según
señala, para un programa interpretar movimientos de un ratón,
selecciones o arrastres de objetos es “sencillo”, pero no así
interpretar el habla de un niño. De este modo, tuvo que utilizar un
sistema de reconocimiento del habla cuya aplicación en edad infantil es
“muy complejo”, por lo que todo “tenía que estar muy bien documentado”.
A su juicio, esta parte del trabajo se ha realizado “con éxito”. “Ha
sido el sistema el más complejo y además tiene un valor añadido, como es
el tener un entorno de experimentación en base a voces, a muestras de
habla con el cual se puede trabajar en futuros experimentos”.
Otras funcionalidades
Además de las actividades que requieren una respuesta por parte del
alumno, la prueba se centra en la escritura y lectura de números, la
capacidad de conteo y operación o la comparación de cantidades. En este
sentido, el profesor puede configurar los enunciados de las preguntas,
modificar las imágenes que aparecen en la pantalla, cambiar las
respuestas, consultarlas o borrarlas. Asimismo, una de las
funcionalidades del sistema se basa en la reproducción de los
enunciados, ya que “el alumno en muchos casos no sabe leer y tiene que
escucharlos”.
OTRAS CARACTERÍSTICAS
Alfonso García, quien ha contado con el apoyo en la parte técnica del
profesor del Departamento de Informática de la Universidad de
Valladolid César González Ferreras, destaca también otras
características de la aplicación, como la “extensibilidad”, al tener la
posibilidad de extenderlo en el futuro a la Educación Primaria. Otra de
las posibles mejoras es la extensión de la prueba a la web. “En el
futuro se prevé llevar a cabo una serie de acciones como es que la
prueba sea accesible desde internet, tener un servidor desde el cual se
pueda extraer información de las actividades y almacenar los resultados
de forma centralizada”. En esta línea se contribuiría a la
“tipificación”, es decir “que el resultado de un alumno se pueda
comparar con la media de una muestra amplia para poder determinar si el
resultado se encuentra estadísticamente en la media o se desvía de
ella”.
Entre los reconocimientos que ha recibido el proyecto se encuentra el
del concurso Pon en Valor tu Investigación del Parque Científico
Universidad de Valladolid, en su edición de 2010. “Presentarlo al
concurso fue muy positivo no solo por la formación en el desarrollo de
un plan de empresa, también por la experiencia de presentar el proyecto
ante varias personas y conocer el trabajo que han hecho otros
compañeros, lo que también te enriquece”, concluye.
Fuente: masSalamanca
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