Pocos profesionales de la
enseñanza cuestionan el valor educativo los laboratorios virtuales,
planetarios o emuladores de circuitos y redes. Tampoco parecen concitar
demasiados recelos algunos simuladores instrumentales, diseñados para
explorar el comportamiento de determinadas máquinas o procesos
industriales complejos. Cada vez más docentes del ámbito científico y
tecnológico emplean de manera habitual estas herramientas TIC con sus
alumnos y obtienen resultados excelentes.
Sin embargo, el panorama
cambia de manera notable cuando se trata evaluar el potencial didáctico
de los llamados simuladores sociales: Desde la Historia y las
Humanidades, rápidamente surgirán voces críticas insistiendo en la falta
de rigor e inadecuación de los contenidos a los programas oficiales de
estudios, por no hablar de carácter sesgado y simplista de las
recreaciones históricas (caso de los juegos de época, como Caesar IV o Imperium) o de la ideología subyacente en algunos simuladores situacionales y del rol (como los populares Sims 2),
que transmiten (en opinión de algunos pedagogos) cuestionables valores
basados en el consumismo, la competitividad o el culto al cuerpo y el
dinero. Con todo, y aún aceptando algunas de estas críticas, convendrá
diferenciar muy bien la procedencia de estos instrumentos de mediación
didáctica desde los postulados de la Pedagogía Interactiva antes de
evaluar la calidad en los contenidos de las diversas aplicaciones
comerciales existentes.
La red esta plagada de definiciones de este tipo de software.
En general, se acepta que las simulaciones computerizadas constituyen
una variedad de juegos electrónicos con cierto equilibrio entre los
componentes lúdicos, estratégicos y situacionales. Los participantes se
encuentran inmersos en un mundo virtual en el que deberán adoptar un rol
que les permita tomar decisiones y planificar estrategias consecuentes
con la trama argumental propuesta. El elevando componente estratégico de
estos simuladores, a diferencia de los programas tipo "arcade" y otros
juegos de acción, permite someter a prueba un repertorio más o menos
complejo de líneas de actuación, encaminadas a la consecución de un
determinado objetivo. De este modo, los procesos analíticos,
deliberativos y relacionales priman sobre la simple acción compulsiva y
mecánica (propia de los juegos de "gatillo fácil") ofreciendo un
adecuado escenario para el aprendizaje significativo.
Por otro lado, a menudo es fácil
confundir los programas de simulación social con otro tipo de
videojuegos, en nuestra opinión, menos apropiados para la actividad
docente.
Artículo completo: Recursos Tic
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